“Las Madres somos un movimiento que defiende la vida, por encima de todo. No hay que tener miedo de comprometerse por el otro”, declaró Hebe de Bonafini.

El pasado miércoles 16 de mayo se celebró la firma de un Convenio Marco entre Madres de Plaza de Mayo y la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ), impulsado por el Centro de DDHH Emilio Mignone y el Programa Universidad y Derechos Humanos (PUDeH).  El acto contó con la presencia de Hebe de Bonafini, presidenta de la Asociación.

Con un gran número de asistentes, el evento comenzó a las  17.30 horas en el Salón Auditorio y fue presidido por un panel integrado por Hebe de Bonafini, Alejandro Villar (Rector de la UNQ),  Rodolfo Brardinelli (Director del Programa Universidad y Derechos Humanos), Dana Carboni y Néstor Manchini (Miembros del Centro de Derechos Humanos Emilio Migone).

En el marco del lanzamiento del concurso de ideas “Habitar la Memoria”, que invita a toda la comunidad UNQ a pensar cómo y dónde ubicar uno de los históricos “pañuelos” en el campus universitario, antes de comenzar la celebración, se realizó en el Rectorado la firma del convenio entre ambas instituciones. En un intercambio de anécdotas pasadas y opiniones de la situación actual del país, Hebe agradeció el convenio, como demostración de respaldo y confianza hacia las Madres: “Quiero agradecer a la Universidad por la confianza en lo que hacemos las madres y por este gran apoyo a través de un convenio. Esta Universidad es hermosa y un gran lugar de reflexión y conocimiento para ubicar uno de nuestros pañuelos”, declaró Hebe de Bonafini.

El convenio, de cooperación institucional tiene como finalidad fomentar las relaciones académicas, científicas y culturales entre ambas partes, con el objetivo de trabajar en conjunto hacia la construcción de una sociedad respetuosa de los derechos humanos. Durante su presentación en el panel, la presidenta de la Asociación, Hebe de Bonafini, realizó una reconstrucción histórica sobre la lucha de las Madres y el compromiso que asumieron con la sociedad, desde su propia experiencia, y que continúa hasta el día de hoy:

“Las Madres decidimos hacer una lucha colectiva y socializar la maternidad, ser una organización política que defiende la vida. La vida por encima de todo, la vida no puede valer dinero, la vida vale la vida del otro, eso es lo que nos enseñaron nuestros hijos (…) No hay que tener miedo de comprometerse por el otro, por el compañero, no es posible que se cierre una fábrica y que afuera no haya nadie, acompañando, no es posible que no vayamos a acompañar a los compañeros que quedan en la calle. La defensa de la vida tiene que ver con eso compañeros, no son solos, escritos y derechos. Es poner el cuerpo en cada momento que pasa. Si cae gente presa, tenemos que ir a sacarla”

“No importa si todavía no sabemos quién nos va a representar, no sigamos esperando que nos va a decir Cristina ¿Qué hacemos nosotros? Dejémonos de estar sentados protestando, escuchando la televisión que nos pudre la cabeza y tratamos de juntarnos para formar pequeños grupos, no por ahí para llevarlo uno mismo pero hay cantidad de curas, de hombres y mujeres que trabajan en las villas más desprotegidas, donde los chicos no tienen zapatos ni zapatillas, ni ropa, ni cama, ni puerta en dónde viven. Ustedes tienen que ir ahí para que les duela. El Che decía que hasta que a uno no le duele y no le deja dormir lo que vio, es muy difícil que luche por la patria y por el otro. “El otro soy yo” no tienen que ser un slogan, “La única lucha que se pierde es la que se abandona” tampoco tiene que ser un slogan, tienen que ser una realidad. La política es la mejor acción del hombre y la política es la vida, y por eso hay de todo”

Organización:

Centro de DDHH Emilio Mignone

Programa Universidad y Derechos Humanos